FIBROMIALGIA Y SFC (Síndrome de Fatiga Crónica)

Fibromialgia:

La fibromialgia es una enfermedad altamente invalidante, que se caracteriza por el padecimiento de dolor persistente y generalizado en áreas extensas musculares. Su origen está en una alteración del sistema nociceptivo, organizado en un conjunto de fibras nerviosas específicas, distribuidas de manera homogénea, que elaboran el dolor, su localización y su experiencia sensorial y emocional.

Este sistema se altera y sensibiliza de forma patológica, de manera que está activo incluso en reposo. Por este motivo, los afectados padecen un dolor insidioso y continuo.



Pero el dolor no es el único síntoma de la enfermedad. El 70% de los pacientes con fibromialgia también sufren el denominado síndrome de fatiga crónica, que puede limitar la capacidad funcional. Los más afectados no pueden recuperarse de este cansancio extremo, que puede ser de distinta intensidad, ni con reposo. Junto con los dos síntomas principales, los enfermos pueden padecer otros, como alteraciones cognitivas, cambios en el descanso nocturno y del sueño, y dificultades para expresarse verbalmente, según información de Antonio Collado, coordinador del Hospital Clínic de Barcelona y miembro del comité científico de la Fundación FF (Fundación de Afectados y Afectadas de Fibromialgia y Síndrome de fatiga crónica). 


La fibromialgia se caracteriza por un dolor permanente en todo el cuerpo, la pérdida de fuerzas y, de manera asociada, cuadros de tristeza y depresión que acompañan a los enfermos que padecen esta patología que no tiene cura. 


El dolor crónico que sufren estos enfermos, afecta a todas las parcelas de su vida personal, laboral y emocional y, si la situación se prolonga, puede incluso derivar en alteraciones psicológicas, de conducta o psiquiátricas importantes.


El diagnóstico y tratamiento de la Fibromialgia es delicado. No existe una píldora milagrosa para hacer que el dolor y los demás síntomas que originan la enfermedad desaparezcan, puesto que tampoco se sabe con certeza la causa. Lo más acertado es un tratamiento integral que incluya un enfoque multidisciplinar que abarque tratamientos médicos, farmacológicos, medidas básicas de salud, nutrición, terapia psicológica cognitivo-conductual, ejercicio físico moderado, fuerza de voluntad y sentido común.

En el tratamiento farmacológico de la fibromialgia los antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina y la ciclobenzaprina; los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como la fluoxetina; los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina, como la duloxetina y el milnazipram; los analgésicos como el paracetamol, solo o asociado a tramadol, y algunos anticonvulsivantes del tipo de la pregabalina, son los fármacos que mejor han demostrado su eficacia en el control de los síntomas de la enfermedad.

Otros fármacos, como los antiinflamatorios no esteroideos, los opioides mayores, los tratamientos hormonales y los productos de herbolario y parafarmacia, no han demostrado hasta la actualidad su eficacia en ensayos clínicos, por lo que tienen escasa utilidad en el tratamiento de la fibromialgia.

Los antidepresivos también se utilizan a menudo para aliviar los síntomas del dolor neuropático. Aunque resulte sorprendente para algunos pacientes y personas ajenas al mundo de la medicina, se utilizan desde hace más de 40 años con este fin, debido a su potente poder analgésico en estos casos”. Así lo ha expuesto Juan Antonio Micó, director de la Cátedra Externa del Dolor Fundación Grünenthal-Universidad de Cádiz (UCA), durante la quinta sesión del Aula de Pacientes de la Cátedra que dirige.

Las posibilidades de tratamiento con fármacos son muy numerosas, ya que cualquier fármaco que actúe sobre el sistema nervioso central puede tener efectos beneficiosos en las manifestaciones clínicas de estos pacientes. Sin embargo, y debido también a los numerosos efectos adversos de este tipo de medicamentos, es necesario conocer qué es lo que puede aportar cada uno de ellos en el tratamiento de la FM, para evitar la excesiva medicación, un problema que se observa con frecuencia en estos enfermos.

En el tratamiento de los pacientes con fibromialgia (FM) hay tres medidas que han demostrado eficacia: el tratamiento con algunos fármacos, la realización de ejercicio físico aeróbico y la terapia cognitivo-conductual. La combinación simultánea de estas modalidades terapéuticas en forma de tratamiento multidisciplinar se está imponiendo como la opción que mayores beneficios aporta al paciente.

Síndrome de Fatiga Crónica:

El Síndrome de Fatiga Crónica o encefalomielitis Miálgica pos vírica, que acompaña a la Fibromialgia, es una enfermedad neurológica compleja y debilitante, que se caracteriza por una fatiga física intensa y mental que no remite tras el reposo, y que empeora con otros síntomas. El SFC no sólo afecta al Sistema Nervioso Central y Autónomo, sino también al Sistema Nervioso Periférico.

En la actualidad se sabe que en el SFC el desencadenante de la enfermedad puede ser una infección vírica, bacteriana o tóxica que ponen en marcha una serie de alteraciones inmunológicas con liberación de sustancias llamadas cito quinas que causan la sintomatología de la enfermedad.

El SFC, al igual que la Fibromialgia es una enfermedad multisistémica que hace que afecte a muchas partes del organismo, compartiendo con la Fibromialgia síntomas que a veces pueden confundir el diagnóstico. Fibromialgia y SFC son dos entidades diferenciadas y su diagnóstico y tratamiento también deben serlo.

En el SFC igualmente existe el dolor, pero el síntoma predominante es la fatiga profunda y el cansancio importante que no cede con el reposo y que, según el grado de afectación del paciente, puede llevar al enfermo a una situación de agudización transitoria hasta el punto de no poder moverse de la cama y precisar ayuda para las actividades de la vida diaria (AVD). Además el SFC se acompaña de febrícula, no más de 38º, dolor de garganta, faringitis persistentes, afonías, dificultad para tragar, sensibilidad dolorosa en los linfáticos, migrañas, sueño no reparador, disminución importante de la memoria, arritmias cardiacas, taquicardias, mareos, bajadas bruscas de tensión, síncopes cortos taticos, etc.

El SFC es una enfermedad también de reciente identificación y, aunque en esta enfermedad sí existen pruebas que evidencian la patología, son pruebas especiales y complicadas como son una batería de marcadores virales y bacterianos, así como exploraciones de SPECT (escáneres cerebrales y RM, resonancia magnética). 

Therapy Cool y los Tratamientos de Contrastes Térmicos actúan sobre cada uno de los síntomas de la Fibromialgia y del Síndrome de Fatiga Crónica.

A día de hoy no hay una teoría clara sobre cuales son los factores que determinan la aparición de la enfermedad ni el posterior desarrollo de la misma, no obstante son muchos los estudios que concluyen, que los factores psicosomáticos, tienen un papel determinante tanto en los primeros estadios de la enfermedad, como en su posterior desarrollo.

  • La depresión, la tristeza, y desanimo, acompañados en muchas ocasiones de alteraciones psicológicas, podrimos decir que forman parte del cuadro clínico que presentan la mayoría de los pacientes afectados tanto por Fibromialgia como por el Síndrome de Fatiga Crónica.
  • La alteración del sueño es otro de los síntomas más comunes en los pacientes afectados por esa enfermedad, esa alteración tienen varios factores añadidos, como son la dificultad que tienen para descansar y recuperarse, además de la sensación de ansiedad asociada a esa falta de sueño y descanso reparador.
  • El cansancio extremo, la falta de energía, … es otro de los síntomas, sino en todos los casos de Fibromialgia, si en un porcentaje muy importante de ellos.
  • Los tratamientos con aplicaciones de contrates de Therapy Cool, como ya hemos explicado y según refieren los mismos pacientes tratados con el equipo, obtienen como primer beneficio una profunda sensación de relajación, acompañada de una reactivación de todo su organismo, eso actúa directamente sobre su estado de ánimo y su autoestima, mejora notablemente su calidad de vida y les motiva para continuar adelante con la terapia.
  • Son conocidos los efectos sedantes y analgésicos de las aplicaciones de calor controladas. El calor relaja el sistema nervioso, además favorece la relajación muscular, es antiespasmódico y hace desaparecer la fatiga….
  • La combinación del calor y el contraste controlado de frío provoca una reactivación del organismo, lo que justifica esa sensación de energía y vitalidad que reconocen los pacientes después de los tratamientos, en definitiva esa sensación de bienestar.
  • Los efectos sobre la regulación del sueño que provoca en estos pacientes los tratamientos con Therapy Cool, es sin duda achacable igualmente a esos efectos sedantes y relajantes que hemos descrito antes. Igualmente influye en ellos la carga de energía y vitalidad que refieren los pacientes que reciben después de cada tratamiento y que se prolonga en el tiempo, eso sin duda les permite ver la vida y su enfermedad  con una actitud mucho más positiva y tranquilizadora, …
  • Por otro lado los efectos tan beneficiosos sobre el cansancio extremo y el síndrome de fatiga crónica, que tienen los tratamientos con aplicaciones de contrates térmicos y Therapy Cool, tienen una explicación muy evidente si recordamos la carga de energía y vitalidad que proporciona la reactivación general que provocan en el organismo los contrastes térmicos.
  • El dolor crónico en amplias áreas musculares, es sin duda el efecto más importante y junto con la fatiga crónica, el más invalidante que tiene esta enfermedad para los pacientes que la padecen. Ya hemos detallado los efectos analgésicos que tienen sobre el organismo las aplicaciones de Calor controladas. “El calor relaja el sistema nervioso, además favorece la relajación muscular, es antiespasmódico… “, pero las aplicaciones de Calor / Frío tienen efectos mucho más profundos sobre los factores que originan el dolor.
  • Detrás de un dolor hay sin duda una inflamación y una aceleración, acompañada de una degeneración del tejido afectado. El empleo de las aplicaciones de contrastes térmicos, tiene efectos muy notables sobre: la nutrición celular, la eliminación de elementos patógenos, (con lo que obtenemos una limpieza de los tejidos y en general de todo el flujo sanguíneo), activa la proliferación y restauración tisular, tiene efectos antiinflamatorios muy importantes, así como una acción bactericida producida especialmente por las aplicaciones de calor, … 
Acción analgésica

Se basa en la acción del calor sobre la sensibilidad y en especial sobre la sensibilidad dolorosa, por lo que está indicado como agente analgésico y sedante. La acción analgésica se obtiene en pocos minutos, y es más o menos intensa, según el grado de temperatura, tiempo de aplicación y condiciones personales del proceso o del paciente. La acción analgésica se manifiesta en todos los procesos dolorosos.

Acción antiinflamatoria

Se fundamenta en el conjunto de efectos sobre la circulación, sangre, metabolismo local, etc., englobándose en la hiperemia. Salvo algunos casos de inflamación muy aguda (apendicitis), en los demás casos de inflamaciones superficiales, la termoterapia es un recurso terapéutico a utilizar en conjunción con otros procederes.

Acción antiespasmódica

La aplicación del calor actúa sobre los espasmos y contracturas de músculos esqueléticos y sobre estados espasmódicos de músculos lisos y órganos viscerales. De aquí sus indicaciones en contracturas y espasmos musculares como tortícolis, lumbalgias, poliomielitis, dolores viscerales, vesiculares, gastralgias y dolores cólicos de todo tipo.
  • Por lo tanto, los efectos biológicos derivados de la aplicación de calor incluyen un marcado incremento en la tasa metabólica, aumento del riego sanguíneo, aumento de la oxigenación en los tejidos, reducción de la excitabilidad nerviosa, efecto miorrelajante, efecto analgésico y antiinflamatorio, descenso de la presión sanguínea, y aumento de la sudoración.


Comentarios