CRIOTERAPIA Un nuevo aliado para los centros de estética
El frío está en la base de un protocolo estético empleado en las más selectas clínicas. Una técnica para mejorar celulitis, arrugas o manchas, gracias al podre de la penetración conseguido con su acción. Un aliado capaz de potenciar el aspecto estético, tonificar o añadir un protocolo ANTIAGING a tu Centro de estética con resultados precisos y sorprendentes.
Un protocolo capaz de incrementar de manera considerable la penetración de los activos a través de la piel. Un aliado impagable para lograr, por tanto, conseguir nuestro objetivo con la única ayuda del frío. Atiende a un nombre poco común: Crioterapia.
Su acción consiste en aplicar frío al cuerpo o al rostro mediante un protocolo con una serie de pasos previos. Con la penetración del frío, el cuerpo percibe no solo una sensación nada desagradable, una impresión de frío, sí, pero también de ligero hormigueo.
Como reacción a este estímulo, el cuerpo pone en acción sus propios y sabios mecanismos. Como consecuencia, envía a la zona donde el frío a sido aplicado sangre, energía y calor, activando de esa manera los procesos físicos en las células y también en el tejido cutáneo.
Por efecto del frío hay un incremento de la permeabilidad capilar y el momento se torna perfecto para aplicar las sustancias cosméticas justo allí donde más necesarias resultan, obteniéndose también un mayor alcance en su aplicación al penetrar con mayor facilidad y profundidad.
MODO DE TRABAJO:
Este mecanismo, viejo conocido por su eficacia para eliminar, por ejemplo, las verrugas y evitar su proliferación, es también aplicado, con una medición muy precisa de los tiempos y con sumo cuidado, por los profesionales de la estética. Ellos, gracias a la aparatología profesional y a sus medidos protocolos, han convertido la Crioterapia en una buena herramienta para mejorar la apariencia física.
Los métodos empleados tradicionalmente fuera del ámbito de la estética y dentro de ella para realizar un protocolo de crioterapia son muy variados y van desde la aplicación de nitrógeno líquido con algodón en pequeñas lesiones superficiales como léntigos seniles o verrugas, a su empleo por pulverización desde la imposición de compresas frías hasta las fricciones con hielo.
No obstante, en un centro de estética, lo más pertinente y habitual es su empleo con la aparatología profesional adecuada y con las pautas prefijadas por el fabricante, siempre con fines estéticos, para evitar con total seguridad cualquier trastorno porque, mal empleada la aplicación del frío sobre la piel, puede provocar efectos no deseados, como la destrucción del tejido e incluso quemaduras. Por eso, los tiempos de aplicación, que la aparatología profesional mantiene siempre bajo control, resultan fundamentales.
Ése es el motivo por el que un verdadero tratamiento con frío requiere una medición casi cronométrica de los tiempos para alcanzar el objetivo perseguido. Con resultados para actuar de manera cómoda, sencilla y, sobre todo, certera, sobre la celulitis y los acúmulos adiposos, la flacidez o las estrías.
Aunque no sólo sobre ellas, la recuperación del tono muscular y la atonía es otro de los problemas para los que está indicada.
No debe olvidarse que el efecto frío provoca una contracción de las fibras elásticas de la piel y con ellas una mejoría en el tono. Su aplicación no queda limitada al cuerpo, el rostro es también objetivo de la crioterapia en protocolos antienvejecimiento y en la mejoría de las arrugas.
Cuando es empleada la crioterapia en el área tratada, la membrana celular sufre una ruptura y a nivel vascular se produce vasoconstricción y, acto seguido, vasodilatación, con un notable incremento en la permeabilidad de los capilares.
NITIDAS VENTAJAS:
Con la aplicación del frío sobre la piel se genera una reacción térmica bastante notable y con ella surge la oxidación de las grasas, además de la liberación de calor y energía.
Como, por efecto del frío, hay un incremento de la permeabilidad capilar, el momento es perfecto para la aplicación de sustancias activas adecuadas para cada tratamiento allí donde son necesarias, por ejemplo, en las cartucheras si el propósito es reducirlas o en las nalgas si deseamos tonificar.
Sencillo y prácticamente indoloro, la crioterapia logra así mejorar de manera considerable la penetración de los activos en el área elegida, alcanzando la acción de los cosméticos una profundidad aproximada de 7 cm. Una terapia rápida y eficaz.

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